Claves y Umbrales

Blog personal de Dante García Berlanga

Ideas para mitigar la soledad y la falta de sentido en la vida

Hay permeabilidad entre todas las cosas. Aprendo de ti y hago lo que he aprendido de ti sin importar mi lugar en el mundo, o el rol que he decidido imponerme, o el que me ha impuesto mi entorno, o el propósito que me fue dado en la vida.

Es posible pasar por alto las causas de la soledad y no darse cuenta que ésta inyecta su veneno por las noches durante el sueño. También es posible actuar contra los elementos que causan la soledad. Aprender de otras personas y repetir lo que otras personas crearon es una manera: la repetición de temas crea comportamientos saludables; desarrollo de vínculos, de sentidos, líneas narrativas incluso.

Evito repetir los temas, los “memes”, que se suelen repetir todos los días, sin descanso, obsesiva y lamentablemente en el Internet. ¿Por qué? ¿Acaso me siento mejor que los demás? No. Si repitiera esos temas que no tienen nada que ver conmigo me sentiría solo y mi existencia no tendría sentido. Procuro repetir temas propios, de la gente a mi alrededor y de gente que ya ha muerto pero que dejó cierta “música” a la que me siento afinado. Esta repetición de temas construye un sistema de símbolos coherentes que se articulan y refieren experiencias propias, reales, que yo viví realmente.

El significado/sentido de la existencia: ninguno. Para mí eso es innegable. Pero creo que existe este otro aspecto innegable: que la existencia tiene duración, y la existencia misma tiene formas de extender su duración. Las cosas vivas tienen la tendencia natural de mantenerse vivas el mayor tiempo posible. Un organismo pasa por ciclos que lo mantienen vivo. Los individuos que conforman una colonia, como las medusas o las abejas, tienen una “programación” que conforma y extiende la existencia de la colonia. Las entidades de la imaginación, (de la quinta dimensión, del imaginario colectivo, como se quiera llamarlos) tienen comportamientos evidentes de preservación también: aparición y repetición de temas o “memes” (recordar que “meme” viene de “memoria”), líneas narrativas que recuerdan a los ciclos de los seres vivos: nacimiento, crecimiento, reproducción, muerte.

Las cosas de la imaginación están realmente vivas, emanan de nosotros y pueden adquirir vida autónoma, a costa de otros seres, como parásitos, tal vez, o como colonias de organismos.

El simple hecho de extender la existencia parece ser justificación y fuente de motivación suficientes para iniciar cualquier acción creativa. No hay otra alternativa sino conocer los elementos del ciclo de vida de las ideas (temas, “memes”, líneas narrativas…) para construir un significado/sentido de la existencia y evitar la sensación de soledad. Hay individuos que conocen intuitivamente estos elementos del ciclo de vida de las ideas. Para los que, como yo, han crecido artificialmente, sin estructuras claras, sin un sentido de la organización, es necesario aprenderlos, no con la intuición, sino con la inteligencia; como niños autistas aprendiendo a vivir en armonía con la existencia.

¿Cuáles son todos esos elementos del ciclo de vida de las ideas y cómo funcionan?

¿Cómo es que una idea «despega» y cobra vida?

¿Qué parámetros se recomiendan para conformar un repertorio de «temas» personal?

Las garras fractales del Enemigo

I

El 19 de febrero de este año envié el texto anterior a Bad Trip Magazine, una revista de literatura (o algo parecido) norteamericana que está enfocada al delirio y que conocí a través de Tumblr.

De docenas de textos que recibieron, me dijeron, ellos publicaron siete; este es el escaneo del mío. Lo adaptaron a su formato y le agregaron un «then» que, siento, «aplana» un poco el significado que yo me había propuesto, pero en realidad me gusta lo que hicieron. Es una pequeña victoria, pero fue una de las primeras.

El texto original que envié fue este:

…; I
saw the fractal claws of the Enemy reaching out for me; I
heard his growling in my body and it felt warm and caring; I
turned my head up and the ceiling was swarming with flies; I
realized my friend was staring at me, hiding in a corner; I
became drone-like, methodic, relentless, avid of certainties; I
became absolutely dubious of data’s reliability, disorganized, unpredictable; I…

 

Justificación de mi semblanza de autor

Cuando envié El mono del pantano a la revista Síncope puse en mi semblanza que busco “referir la experiencia del delirio, la reclusión y el misticismo y la ironía”. A un amigo le llamó la atención esta semblanza, me preguntó si yo «creía en el misticismo» y me puso a pensar sobre la semblanza que había hecho: Para empezar la ironía pierde la gracia si se explica que está ahí; es como explicar un chiste o como si el Diablo admitiera que es el Diablo. Delirio… pues todo lo que uno escribe es una idea que lo tiene a uno obsesionado y que no sabe resolver; si uno tuviera las ideas totalmente claras no escribiría nada. Reclusión suena al típico cliché del escritor solitario. Y decir misticismo es hablar vagamente; si uno usa la definición rigurosa es una práctica relacionada al Cristianismo y eso tampoco es lo que quiero que se entienda.

Decir que creo en el misticismo, tal como yo lo entiendo, sería como decir que creo en los sueños que tengo por las noches. Lo que yo entiendo por “misticismo” es que existe un misterio y diferentes métodos para comprenderlo. Sería como pararse frente al mar, preguntarse “¿esto qué significa?” y pensar y pensar… Pero de eso se trata todo el arte. En ese sentido cualquier forma de arte sería un misticismo. Aquí creo que debo hacer un paréntesis algo abrupto porque siento que si yo dijera que “hago arte” me estaría dando atribuciones que no me corresponden.

Creo que es pretencioso decir que uno “hace arte” —aunque todos los intentos creativos son válidos— porque uno no es quien lo decide; son los demás y el tiempo quienes se encargan de ello. Uno se «sintoniza» a los demás y a la sociedad en la que uno vive y crea cosas de acuerdo a ellos. En El regreso de los dioses Fernando Pessoa dice: «El artista no expresa sus emociones. Su tarea no es esa. Expresa, de sus emociones, aquellas que son comunes a los otros hombres«.

En resumen, creo que me conviene hablar de temas en vez de experiencias. Todo lo que subí a este blog lo escribí con el tema del misticismo en mente.

EL EQUILIBRIO

Caí de unos dos metros más o menos. Grité. Aún en el piso grité un poco más, «¡aw!, ¡aw!» El sonido sordo de la música en el cuarto de al lado se detuvo y escuché la puerta abrirse. Mi compañero de cuarto debió haberse quedado al pie del umbral pues no escuché nada más. Me lo imaginé al otro lado de la pared, inmóvil y atento, con la mano en el picaporte y con un pie delante del otro.

Me parece que grité más por la impresión de caer que por el dolor. Jamás había caído de tan alto y de cabeza. El grito había sido más una expresión de sorpresa: «¡mira nada más, me caí!» Bien pude quedarme completamente callado.

Me volteé boca arriba trabajosamente y así me quedé, entre los pedazos de plástico y el barandal que se habían desprendido de la litera. El sol entraba por la ventana. Era mediodía.

—¿Qué pasó? —Gritó mi compañero de cuarto.

—Me caí.

—¿Te caíste de la litera?

—Sí. Se rompió el barandal.

—¿Estás bien?

—Creo que sí.

—¿Te fracturaste un hueso?

—No.

—¿Estás seguro?

—Sí. Sólo me duele un poco el hombro derecho y la cabeza.

—¿El hombro? ¿Te fracturaste el hombro?

—No. Caí sobre mi hombro y me golpeé la cabeza, pero no tengo ningún hueso roto.

—¿Quieres que llame a una ambulancia?

—Ya te dije que no me fracturé nada —Mi compañero de cuarto hizo una pausa. Me perdí un momento mirando las piedritas del techo. Imaginé que se formaban caras y figuras—. Ni siquiera caí de muy alto. La litera no es tan alta.

—¿Entonces estás bien? ¿Estás de pie?

—No. Pero creo que si quisiera levantarme podría hacerlo.

—¿Puedo regresar a mi cuarto? ¿Estás seguro de que estás bien?

—Sí, sí. No te preocupes.

Lo escuché cerrar la puerta lentamente. Tres segundos después se reanudó la música.

Me quedé recostado. Me sentía cómodo en el piso a pesar de que estaba bastante sucio y tenía una sensación punzante en el hombro. Me pareció agradable poder descansar de la rutina un momento.

Pensé en la situación. Si me hubiese lastimado seriamente hubiera terminado en el hospital. Tal vez hubiera tenido que llevar el brazo en cabestrillo y vendas en la cabeza. Tal vez mis amigos me habrían visitado para asegurarse de que estuviera bien. Eso habría sido agradable, pero no habría solucionado nada. Habría perdido algunas semanas de mi vida y posiblemente el trimestre. Tuve suerte. La caída ni siquiera dejaría marcas visibles, nadie sospecharía que me había caído a menos que yo lo mencionara.

Pensé en levantarme. Pronto tendría que preparar una presentación y organizar mis borradores de la tesis para el día siguiente. Me esperaba otro día frente la computadora.

No me levanté. Me quedé donde estaba, mirando las figuras del techo. Me froté la cabeza. También sentía una leve punzada en la sien. Imaginé mi cerebro como una especie de aparato con cables y circuitos. Me hizo gracia. Pensé «qué tal si me vuelvo loco» y me reí.

Culto de Harpócrates

i

Mis vecinos hacen ruido.

Un monje budista sería feliz bajo cualquier condición pero yo no porque no soy consciente de mí mismo, del mundo y de los demás.

Quisiera hacer algo por el mundo. El mundo debería ser más silencioso, sin ruido general, sólo ruido individual para quien lo desee.

Tengo la impresión de que muchas personas entienden el ruido como música de mala calidad y se quejan del género de la música en vez de quejarse del ruido en esencia.

Tengo la impresión de que muchas personas no consideran ruido su propia música. «Esta música es estúpida, la mía no». Ese razonamiento es suficiente para que hagan ruido. Incluido tú.

Tengo la impresión de que toda la gente (incluido tú) no piensa nunca en la posibilidad de estar haciendo absolutamente todo mal sin darse cuenta de ello.

Mi estómago se siente como el cadáver de alguien a quien le han malinterpretado las palabras.

Hacer ruido es como cargar bolsas de basura y vaciarlas en el piso.

Hacer ruido es como llevar un salero a la cocina de un restaurante y arruinar con sal toda la comida.

Hacer ruido es como entrar a un elevador repleto y empujar a la gente.

Hacer ruido es como formarse en una fila y encender un cigarro.

Si los vecinos fueran mis amigos no estaría molesto con ellos porque los comprendería. Tomaríamos turnos; escucharían música ellos y después yo.

Las paredes no son muy gruesas, se escuchan susurros. Escucho todo.

Si los vecinos fueran mis amigos serían más considerados conmigo. Les habría hecho saber que hacer ruido es egoísta, hace sentir solitaria a la gente.

El ruido del internet es particular, ocurre en la mente de un individuo, se puede organizar.

El ruido de los vecinos es plural, ocurre en el ambiente, no se puede hacer nada al respecto.

Vivir como un monje budista es cambiar uno mismo, adaptarse al mundo. Es estar hecho de agua.

Escribir es desear influir en el mundo, es adaptar el mundo a uno. Es querer hacer magia.

Escribir es una acción.

La única forma en que la escritura no se convierte en una acción o un intento de adaptar el mundo a uno mismo es quemándola.

Mi nombre es Héctor Parsa.

ii

«Héctor quiere hablar»

«Héctor quiere decir algo»

esas frases me hieren

porque significan que hay ruido

y el ruido me ha aislado

yo mismo me he aislado

por levantar la mano

por esperar mi turno

por necio y obstinado

por no jugar el juego de todos

por escucharlos

nadie dice nada de todas formas

escucho todo

nadie dice nada

y lo dicen tan fuerte

los yuppies

disfrazados de hippies

en los jardines

fuman en pipa

tosen

y se atragantan

con el mayor ruido posible

corren a clase

hablan a gritos

enfrascados en sí mismos

escuchándose

hacer ruido

es sentirse escuchado

por los demás

no hacer ruido

es escuchar a los demás

y a uno mismo

me llaman introvertido

encerrado en mí mismo

y yo soy el que está afuera

el que los escucha.

CÓMO SER CONSIDERADO EN INTERNET por Tao Lin (Traducción al español por Dante García Berlanga)

El artículo original por Tao Lin puede encontrarse en Thought Catalog.

Tao Lin es un novelista, poeta, ensayista, escritor de cuentos y artista Norteamericano. Ha publicado dos novelas, dos libros de poesía, una colección de cuentos y una novela corta, así como una extensa variedad de contenido en línea. Su tercera novela, Taipei, será publicada por Vintage el 4 de junio de 2013.

Ser considerado puede convertirse en una herramienta poderosa en tu lucha diaria y a largo plazo por no convertirte en una persona iracunda, envidiosa, fuera de control, seriamente deprimida y que se siente frustrada y engañada todo el tiempo. Ser considerado también puede ser útil para (1) distraerte continuamente de —o, si se combina con alguna forma de auto-conciencia, “sumergirte” de manera no desesperante en— la naturaleza inquietantemente arbitraria y efímera de la existencia, (2) hacer y mantener amistades con las cuales no estés “peleando” constantemente, (3) incrementar tu habilidad para soportar decepciones —o cualquier cosa, de hecho— con una simple sensación, agradablemente melancólica, de aceptación anticipada. Ser considerado puede ser más difícil en internet que IRL (Nota del T.: in real life, en la vida real) porque (1) el trastorno de ansiedad social y la amenaza inmediata de represalias físicas son inexistentes en el internet, y (2) el anonimato ocioso y despreocupado y la oportunidad de ser realmente desconsiderado moviendo sólo los dedos no existen IRL.

Las siguientes directrices —dirigidas parcialmente hacia su autor, quien no necesariamente las ve siempre como deseables debido a una confusión general con respecto a la existencia/conciencia— idealmente se aplican por igual a todo el mundo, a menos que sean discutidas y editadas para cualquier propósito bajo acuerdo mutuo, sin importar el estatus social o nivel de influencia en internet, incluso si te encuentras en una interacción con orientación profesional que beneficiará enormemente a la persona con quien estás interactuando más que a ti, puesto que la “consideración”, en términos de este artículo, evita el comportamiento jerárquico; un comportamiento “inherentemente desconsiderado”.

ENCUENTRA LA INFORMACIÓN POR TI MISMO

Cuando busques respuestas usa dictionary.com, weather.com, o Google en lugar de preguntarle a alguien. Si le preguntas a alguien existe la posibilidad de que necesite usar Google para hallar la respuesta, lo que provocará una situación en la que simple y agresivamente le estarás pidiendo que haga las cosas por ti. Abstente de utilizar a los demás como tu “quiosco de información” incluso si planeas rematar tu petición, en un intento desconsiderado por comunicar que no estás siendo desconsiderado, con “podría buscarlo yo mismo pero me da flojera” o “lo intenté pero me di por vencido”, sentimientos que más bien deberías usar en lo privado como declaraciones motivadoras para dejar de tener flojera y dejar de darte por vencido, en lugar de como “fines” para utilizar como explicaciones hechas, con lo que puede percibirse como soberbia, hacia la gente a la que te diriges.

Si sabes que la otra persona conoce la respuesta a tu pregunta, y puede proporcionarla más rápido que el internet, sigue siendo recomendable que uses el internet. La gente apreciará que hayas respetado su tiempo, recursos y prioridades y hayas elegido abstenerte de interrumpir sus vidas; estas personas, en el futuro, apreciarán tu consideración a tal grado que sentirán el deseo de preguntar anticipadamente si pueden ayudarte con algo —lo que en última instancia te ahorrará tiempo a largo plazo (sin embargo, como una persona considerada no te interesará, idealmente, [ahorrar tiempo en una situación unipersonal], un concepto “inherentemente desconsiderado”).

Adicionalmente, eliminar categóricamente el [interrumpir la existencia de los demás] como una opción en tu búsqueda interminable, como ser consciente, por obtener lo que quieres puede tener el efecto de incrementar tus niveles de paciencia, autocontrol y aceptación —cualidades que (1) pueden facilitarte el ser considerado y (2) en última instancia incrementarán tu habilidad de obtener lo que quieres.

Finalmente, se ha demostrado que con formas avanzadas de consideración, a menudo resultantes menos por querer ser agradable que por sentirse aburrido con los objetivos convencionales de la vida, la gente se sentirá emocionada, o sentirá algo parecido a la emoción —ha sido descrito por algunos como, simplemente, una sensación de “satisfacción artística”— por poseer satisfactoriamente una visión del mundo que les permita preferir sinceramente [pasar 90 minutos aprendiendo cómo subrayar texto en Photoshop] que [pasar 30 segundos aprendiendo cómo subrayar texto en Photoshop] si la primera opción no involucra interrumpir la existencia de alguien más.

NO PRESIONES A LA GENTE POR EMAIL PARA QUE RESPONDAN A TUS EMAILS

Al interactuar con alguien, o al pensar en interactuar con alguien, asume que tu existencia no le beneficia, que no quiere interactuar contigo, que interactuar contigo no es una de sus necesidades evolutivas o existenciales. Hacer esto provocará que seas más considerado, más inclinado a mejorarte de manera que te vuelvas más amable y tengas una oportunidad mayor de ser correspondido, y menos propenso a resentir a la otra persona cuando no corresponda a tu afecto o comunicación de igual o —en casos especialmente beligerantes— mejor manera.

Ten en cuenta que si alguien no ha respondido a tu email o mensaje de Facebook es porque, o bien, no quiere hacerlo o porque simplemente no lo ha hecho aún, de manera natural y sin mala voluntad, debido a la naturaleza del tiempo y el espacio, donde una unidad de materia no puede ocupar más de un espacio en determinado tiempo y donde el tiempo es unidireccional, lo cual deriva en “tener prioridades” —un método de existencia inevitable para los humanos no esquizofrénicos que, en su forma más pensada, es inherentemente considerado, en parte porque disminuye las posibilidades de extraviar a la gente. Ten en cuenta que alguien podría no responder a tu email incluso si has sido increíblemente considerado (vía nunca presionarlo a responderte, continuar apoyando sus empresas de una manera no apremiante al participar no apremiantemente en sus proyectos, no expresar o insinuar nunca que te han hecho sentir triste o solitario o abandonado o insignificante) por 15 años después de haber enviado tu email. Si esto ocurre no guardes sentimientos negativos hacia la otra persona; trata de enfocarte en sentir agrado por alguien por razones que no sean “porque le caigo bien” o “porque me presta atención”.

Aceptar la no-reciprocidad silenciosamente, sin “odiar” repentina e incongruentemente a la persona, es no solamente considerado sino también productivo, en el sentido de que es probablemente la más efectiva, si no la única, forma de “convencer” a la otra persona —algún día, tal vez, de alguna forma— a corresponderte sinceramente. Si te sientes celoso de la persona o cosa que ha sido priorizada sobre ti, o si empiezas a sentir resentimiento hacia la persona que no está correspondiendo tu afecto, entonces estás operando sobre la suposición de que posees a alguien o que por defecto te pertenecen cosas y estás siendo “despojado” de esas cosas—que la otra persona, o el universo, te están “agravando”. Comportarse de esta forma es ilógico (en parte porque si la gente poseyera lo que desea tú necesitarías ceder lo que deseas para que sean la posesión de alguien más) y provocaría que la gente te encuentre antipático y quiera desvincularse de ti, lo que incrementaría la cantidad de emails que envíes y que no reciban respuesta.

NO RELEGUES FUNCIONES DE CORRECCIÓN DE ESTILO A LA PERSONA A QUIEN LE ENVÍAS UN EMAIL

Edita tu email para obtener claridad, brevedad, legibilidad, y disminuir la “presión” antes de enviarlo. Organiza los párrafos de manera que las preguntas no queden “ocultas” dentro de grandes bloques de texto, pero tampoco comprimas los párrafos de las preguntas ni las pongas al final de los párrafos de manera que la otra persona no pierda tiempo releyendo tus párrafos para “encontrar” cada pregunta, preocupado por posiblemente ignorar una accidentalmente. Si es posible, abstente de terminar tu email con una serie de preguntas no específicas, por ejemplo “¿cómo va todo?, ¿está todo bien?, ¿estás teniendo un buen día?, bueno, espero que tus vacaciones de verano vayan bien, ¿hace calor ahí?, ¿acaso no hubo un huracán ahí la semana pasada?, ¿se llamaba johannes o algo así?, ¿recuerdas cuando estuvimos en aquel huracán?, ¿cuándo fue eso?”.

Relee tu email antes de enviarlo. Si ves que escribiste algo como “¿entonces a qué hora vas a llegar?, oh, no importa, lo buscaré yo mismo” borra los dos fragmentos de oración. Si tu email está relacionado con los negocios y ves que escribiste alguna clase de “contesta inmediatamente” borra eso e inserta una fecha límite exacta y qué ocurrirá concretamente si esa fecha límite no se cumple. Si te sientes indeciso sobre algún detalle de la vida de la otra persona, escribe “creo que” o simplemente googlea la información, en lugar de “seguir adelante” y “escribirlo de todos modos”.

NO CONTACTES A ALGUIEN SIN INCLUIR LA OPCIÓN, DENTRO DE LA NOTA DE SOLICITUD, PARA LA PERSONA A QUIEN ESTÁS CONTACTANDO, DE IGNORAR COMPLETAMENTE TU SOLICITUD Y NO SENTIRSE MAL DE NINGUNA MANERA POR HACERLO

Si el propósito de tu email es hacer una pregunta cuya respuesta pueda ser “no” incluye un aviso que diga algo como “Si tu respuesta es ‘no’ entonces siéntete libre de no responder a este mail. Lo entenderé perfectamente. Gracias por tu tiempo.” O “Si quieres ‘omitir’ esto por cualquier razón simplemente ignora este mail. Lo entenderé completamente. Gracias por tu tiempo.”

ABSTENTE DE EXPRESAR COSAS QUE PUEDAN CAUSAR QUE LA GENTE SIENTA QUE UNA PREFERENCIA ESTÉTICA PUEDA SER “BUENA” O “MALA” FUERA DE UN CONTEXTO Y OBJETIVO

No expreses públicamente que [algo que concretamente no afecta a los demás y no tiene un propósito concreto, objetivo, ampliamente acordado] es [cualquier abstracción calificativa, por ejemplo «bueno» o «malo»]. IRL no te pondrías, aunque tuvieses doce años, a hablar mierda abiertamente del dibujo de una jirafa de uno de tus compañeros, dentro del rango de la persona de quien hablas mierda, quien podría estar parada frente a ti mientras hablas negativamente acerca de su existencia. Hacer algo como eso, además de ser inadecuado, podría causar que la persona de quien estés hablando mierda —e, indirectamente, a otros con intereses, preferencias o sensibilidades similares— se sienta triste y sola y menos contenta de estar viva y probablemente pierda interés, en cierto grado, en obtener satisfacción de la expresión no retórica o “artística”, y empiece a, o bien, “censurarse” a sí misma o a confundir la realidad concreta con el mundo de la abstracción, lo que puede llevar a asesinatos masivos y otras actividades violentas a las cuales posiblemente te opongas.

Si eres una persona que sinceramente dice, siente, o piensa cosas negativas sobre la gente que percibes como mala, por las cosas que sientes que le han hecho a otras personas, y además sientes que las expresiones no-retóricas, gustos personales, sentido del humor, o preferencias estéticas de alguien son “malas” entonces es lógico, si quieres “tener coherencia” como persona, que quieras enfocarte en interiorizar que el tenerle aversión a algo no significa que la cosa sea mala —significa simplemente que no te gusta, lo cual, dentro de muchas cosmovisiones, sólo extrapola en significado, o “sugiere”, que toda persona es en verdad única y por lo tanto le gustarán cosas distintas, y no que ciertas cosas necesitan cambiar o dejar de existir, lo cual está implícito cuando algo es percibido como “malo”.

ABSTENTE DE PROPORCIONAR RETROALIMENTACIÓN NEGATIVA NO SOLICITADA

No contactes o envíes emails a alguien para decirle que no te agrada, que te sientes indiferente ante su trabajo o vida, que has decidido no ver su película o ir a su evento o leer su artículo, o que piensas que su trabajo o vida son malos. La retroalimentación negativa no solicitada es de hecho una forma inapropiada de impulso diseñada para obtener poder sobre otro al comunicar, deshonestamente e indirectamente, que no tiene poder o influencia sobre ti y que lo vez como “simplemente otra persona”, lo cual es incorrecto porque seguramente no le dirías esas cosas a “alguien”.

Si sientes la necesidad incontrolable de comunicarle a alguien que no tiene poder sobre ti, o que no te importa, intenta ver sus logros e intereses como existentes independientemente de los tuyos, para que así puedas algún día vivir menos en oposición a sus intereses y más en la realización de tus propios intereses, lo cual puede derivar, en una forma considerada, de enfocarte en las cosas que te gustan, discerniendo por qué te gustan y comunicándote sinceramente con quienes las crearon, hasta que finalmente sientas la necesidad incontrolable, en vez, de comunicar información no retórica a alguien que te gusta. Este párrafo también es útil si quieres dejar de “hablar mierda” pero te sientes incapaz de dejar de ver la información no retórica como “buena” o “mala”.

NO CHATEES CON ALGUIEN QUE ESTÉ “ROJO” EN GMAIL

Si alguien está “rojo” no lo contactes, especialmente si no tienes nada específico qué decir, sino que planeas decir simplemente “qué onda” o “hey”. Si tienes algo específico qué decir, o una pregunta qué hacer, se recomienda, aún, que no les hables por chat, sino que les envíes un email, pues tu email aparecerá en su pantalla con la misma visibilidad y velocidad con la que hubiese aparecido en el chat, pero con el email se sentirá menos presionado a responder inmediatamente o en absoluto, y al mismo tiempo será capaz de “bosquejar” algo sin tu conocimiento, una opción considerada para brindarle a ese alguien.

NO INTENTES SER AMIGO DE ALGUIEN IGNORANDO SUS ACTIVIDADES LAS CUALES PUEDES SER VISTAS FÁCILMENTE EN CUALQUIERA DE SUS PERFILES EN INTERNET

Echa un vistazo a los perfiles en internet de alguien antes de escribir “¿cómo estás?” o “¿qué has hecho últimamente?” en su muro de Facebook —potencialmente justo encima de docenas de links que transmiten lo que tú has estado haciendo últimamente— o de enviarle un email para “saber” de ello o preguntar si [su proyecto] ya salió. Hacer estas preguntas de esta forma es casi equivalente a ir a cenar a la casa nueva de alguien y entonces, durante la cena, decir “¿compraste una casa nueva?” en vez de “¿qué te parece tu casa nueva?”

NO PUBLIQUES COMENTARIOS VAGOS

No escribas comentarios cuyas intenciones, mensaje, o tono sean indiscerniblemente confusos, conocidos sólo por ti, o desconocidos incluso por ti. Si puedes anticipar que un comentario provocará que te respondan con “qué quieres decir”, “qué significa eso”, “no sé si estás siendo sarcástico o no”, o “es eso bueno o malo” trata de incorporar la respuesta a esas preguntas en tu comentario antes de publicar el comentario. Si sientes una necesidad incontrolable de comentar de una forma vaga construye el comentario de manera que no cause más confusión, por ejemplo si realmente quieres comentar “los enanos no son medianos” de manera incoherente incluye, en tu comentario, por qué quieres hacer eso, por ejemplo “pensé en la película de los enanos de werner herzog cuando leí tu artículo sobre los perros porque una vez pensé en cómo los perros son como enanos y entonces quise escribir algo sobre eso pero entonces no supe exactamente qué escribir así que escribí ‘enanos’ y por alguna razón pensé ‘no son medianos’ y me sentí confundido pero me gustó cómo sonaba así que decidí escribirlo”.

No escribas comentarios que califiquen tu apreciación de algo diciendo que te gusta más otra cosa. No escribas comentarios diciendo que no terminaste de leer un artículo. No escribas comentarios diciendo que algo es lo “mejor” que has leído de una persona cuando la persona haya escrito algo en un estilo que no es su estilo “normal”. Esta es una forma indirecta de comunicar “tu trabajo es malo, deberías cambiarlo”. No escribas comentarios diciendo que algo es “bueno” o “genial”. Esta es una forma indirecta de comunicar, o una forma directa de sugerir, que otro trabajo, hecho por otra persona es —o puede ser— “malo” u “horrible”, un concepto “inherentemente desconsiderado”.

ON THIS PICTURE:

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(Source: Undetermined; Google Image Search shows undetermined sources)

I laughed at this picture I found in the Internet.

I think I might know why I laughed. I think it was because I am that kid. I mean, I WAS that kid, that kind of kid. I had that kind of trouble understanding how the world worked. I mean, I had intuition, I think we all have it at that age: intuition, which is «to arrive at logic conclusions without being conscious of the premises and the processes that produce said conclusions.»

I had… trouble every time I tried to be precise, at that age, when I was a kid. I think it was because I had trouble discerning the objects in the world. I also had trouble establishing hierarchies as I lacked a system of observation and classification of the info I was constantly gathering.

Sometimes, I would use an inadequate mindset to solve or understand a problem. Let’s say I was playing «Tetris» and I was using the logic of another game. Let’s say «Pac-man». But that makes no sense, that was a bad example.

Let’s say that I often mix or mistake all kinds of systems, like that time when a kid was punching me in the face and I tried to kick him in the legs instead of covering my face or trying to avoid the punches.

Sometimes I just do nothing, I just stand still there and watch, in order to learn how to solve or understand a problem, but this has been proved to be counterproductive since I’m always perceived as a passive individual and, sometimes, in the worst scenarios, I am perceived as a suspicious individual and I have that kind of social trouble with other persons, which is a little bit more complex than the cognitive trouble I had as a kid.

I often suspect that these observation instruments that I lack… I, I still lack that lucidity.

ESPAÑOL

Me reí de esta imagen que encontré en Internet.

Creo que sé por qué me reí. Creo que fue porque yo soy ese niño, quiero decir, yo ERA ese niño, esa clase de niño. Tenía esa clase de problemas para entender cómo funcionaba el mundo. Quiero decir, tenía intuición, creo que todos la tenemos a esa edad: intuición, que es llegar a conclusiones lógicas sin ser consciente de las premisas y los procesos que producen dichas conclusiones.

Yo tenía… problemas cada vez que intentaba ser preciso a esa edad, cuando era niño. Creo que era porque tenía problemas para discernir los objetos del mundo. También tenía problemas para establecer jerarquías pues carecía de un sistema de observación y clasificación de la información que recibía constantemente.

En ocasiones utilizaba una mentalidad inadecuada para resolver o entender algún problema. Digamos que estaba jugando «Tetris» y que usaba la lógica de otro juego, digamos «Pac-Man». Pero eso no tiene sentido, fue un mal ejemplo.

Digamos que con frecuencia mezclaba o erraba toda clase de sistemas, como aquella vez en que un niño estaba golpeándome en la cara y yo le pateé los muslos en lugar de cubrirme la cara o evitar los golpes.

A veces simplemente no hacía nada, simplemente me quedaba quieto y observaba para aprender cómo resolver o entender un problema. Pero en la actualidad esto resultaría ser contraproducente puesto que yo sería percibido como un individuo pasivo y, en los peores casos, como un individuo sospechoso y entonces tendría esa clase de problemas sociales con otras personas que son un poco más complicados que los problemas cognitivos que tenía de niño…

Con frecuencia sospecho que aquellos instrumentos de observación de los que carezco, a mí… yo… todavía me falta algo de lucidez.

el baile de juan pablo

preámbulo

juan pablo II era servidor del demiurgo

porque besaba el suelo después de cada viaje en avión

pero no quiero salirme del tema por miedo

a) cada quién conoce a un juan pablo

y b) no quiero pleitos con el dios creador

no tengo nada contra uno u otro

los dos me parecen originales ja

el baile de juan pablo

el baile de juan pablo

como todo lo genuinamente bueno

es tan malo que es bueno

es tan ridículo que pone a prueba el coraje

juan sin miedo

levanta una pierna y después la otra

las dos en el aire

agita las manos también en el aire

con la izquierda hace un signo —índice y medio apuntando hacia dentro

los sacude para dictar el ritmo

con la derecha guarda el equilibrio

es una metáfora del universo

juan pablo agita sus cabellos en el aire

aprieta los párpados y la quijada mientras está en el aire

frunce el ceño y la boca y palmea sus jeans azules ajustados y flota en el aire

cuando te recibes te ponen a hacer ese baile en un templo

y ya eres parte

yo también lo hice

pero en mi casa

lo estoy haciendo en este momento

en mi casa

el truco es no balconear a tu personaje

no dejes que descifren tu personaje

oculta tus acciones bajo las del personaje

si te descubren ríe y levanta los hombros

“¿yo hice eso? oh shit”

está bien porque todos tenemos al menos un personaje

te respetamos a ti pero no al personaje

o si te quieres ver buena onda respetas a los dos

o a los tres o a todos y a todo

son máscaras de una misma cosa

yo soy bien listo por eso no le pico al facebook

no uso puntuación ni capitales porque ya soy posmoderno

mañana hay cata de vinos y me lavo la boca con jabón

y luego comeré penne (pasta)

el truco del personaje es uno

pero también hay otros

yo hice el baile de juan pablo sin miedo

pero en mi casa y nadie me vio

ni me aventó flores ni me aplaudió

EL HOMBRE DEL MICRO V. 1

EL HOMBRE DEL MICRO (VERSIÓN 1)

Bajé del micro riendo de un hombre alto, joven, elegante, de negro; corbata negra, camisa negra, zapatos negros. Llevaba una mochila de hombro de cuero marrón.

Más que reír, yo sonreía.

Traté de buscarle la cara para que viera mi sonrisa sarcástica desde el micro antes que reanudara la marcha.

Caminé un poco hacia adelante para buscarle la cara, agaché un poco la cabeza. Mientras tanto, las mujeres que acompañaba discutían su itinerario. Algunas tenían alrededor de 40 años.

Intenté buscarle la cara al hombre del micro para que viera mi sonrisa sarcástica, pero su cara estaba bloqueada por la parte superior de la puerta del micro. Estaba de pie, era alto, su cabeza rebasaba la altura de la puerta y no me veía. Si hubiese agachado la cabeza como yo hubiera visto mi sonrisa sarcástica.

Caminé un poco hacia adelante mientras miraba hacia el micro, después giré sobre mí mismo y caminé alrededor de las mujeres de 40 años que se habían quedado paradas discutiendo el itinerario. Agaché un poco la cabeza. El sol era fuerte y tenía que entrecerrar los ojos para ver. Pensé que si la parte superior de la puerta hubiese estado hecha de un material transparente el hombre del micro hubiera podido ver mi sonrisa sarcástica.

El micro se echó a andar y el hombre del micro no pudo ver mi sonrisa sarcástica. Las mujeres de 40 años se pusieron a caminar y las seguí.

Karina se molestó conmigo por reírme del hombre del micro. Me dijo que no le parecía gracioso. Yo le contesté que no me estaba riendo, sólo quería que viera mi sonrisa sarcástica. Karina tiene 25 años, como yo.

Antes de bajar había estado observando al hombre del micro. Me había llamado la atención porque estaba muy preocupado viendo los números de las casas y los negocios.

Creo que estaba buscando el número 800.

Una mujer le dijo que la parroquia de la avenida X estaba a unas cuantas cuadras, pero el hombre le contestó que iba al número 800 y apenas estábamos en el 600 y le dio las gracias después de una pausa muy larga.

El hombre del micro decía gracias todo el tiempo. En una ocasión el micro se detuvo y el conductor gritó “Carrillo Puerto”. El hombre del micro dijo “gracias”, pero no bajó ni se movió de donde estaba. Estaba parado frente a la puerta y nunca se quitó de ahí. Su cara era como la de un conejo. Sus ojos, más bien; su mirada, más bien; como un conejo.

El cabello del hombre del micro era castaño y largo, como me gusta llevarlo a mí a veces. Hubo un tiempo en que tenía el cabello muy largo. El cabello largo es incómodo para hacer actividades que requieren esfuerzo físico. Cuando voy a la Universidad en bicicleta, el sol me pega en el rostro y me acalora y es una sensación desagradable en general y el cabello largo sólo lo empeora. En ese momento recordé que había dejado mi bicicleta en la Universidad y sentí un poco de preocupación porque era sábado y se iba a quedar ahí todo el fin de semana pero después de un rato lo olvidé. En una ocasión pensé que podía rasurarme la cabeza, pero Karina me dijo que ese estilo no le gusta. Tengo amigos que se han rasurado la cabeza y se ven bien. Se ven extraños de lejos, pero cuando uno se acerca se ven bien otra vez.

Antes de que las mujeres de 40 años, Karina y yo bajáramos del micro, el hombre del micro se aferró fuertemente al tubo amarillo del micro. El micro estaba parado, no había riesgo de que el hombre del micro se cayera, pero nunca se soltó y estorbó a la gente que quería bajar del micro. Me pareció que el hombre del micro estaba teniendo un mal día. En ese momento empecé a reír. Más que risa era una sonrisa sarcástica. Creo que una sonrisa no es tan mala como una risa porque no hace ruido y casi no se nota. Pero fue una mala idea porque Karina se dio cuenta. El hombre del micro no se dio cuenta aunque le busqué la cara para que viera mi sonrisa sarcástica.

Bajé del micro riendo. Más que risa, era una sonrisa sarcástica, pero el hombre del micro no pudo verla; me pregunto si le hubiera hecho tanta gracia como a mí.

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SEÑALES DE HUMO

Cielo negro con lunares; son señales de humo, son nubes que se envían al cielo desde el desierto, en forma de cadena, similar a la clave morse. Son obra mía, aprendí a hacerlo a los cinco años. Uno piensa que hay alguien invisible y cercano que también voltea al cielo y las ve; un colega imaginario, un grupo de hermanos proyectados en la mente.

Veo que son señales sordas, de una sola dirección; carecen del vacío o la negrura que arrebatan una respuesta. También veo abismos; camino por los cañones azules. He viajado durante muchos años hasta este desierto donde soy mudo.

Escucho sonido por encima de mí, es una voz sofocada, se le ha metido arena a esa voz: «no entiendo lo que ocurre… no recuerdo… más allá… ¿qué le está pasando…? un amigo… porque lo sé… músico… trato de olvidar… debajo…»

No entiendo una sola palabra, los balbuceos siempre me han irritado. Pero la voz hiere y no sé por qué. Supongo que hiere porque me hiero yo mismo.

Finalmente me he dejado guiar por la voz, como si delinease un mapa, no de contornos, límites o fronteras, sino de profundidades o matices. Ahí está: un palacio blanco. En el vestíbulo se escucha un piano. El sonido que emite se asemeja al de un radar sonar. Debo estar cerca de lo que busco, me digo a mi mismo, y mis palabras se convierten en un mapa diseñado para dar conmigo.

¿Por qué he venido hasta aquí?, pienso. Para ser encontrado.